El período de Rosas en el poder
La figura de Juan Manuel de Rosas dominó la política argentina por más de veinte años. Rosas tenía un gran prestigio y era un gran defensor de la autoridad y el orden, era un reconocido caudillo con fuertes ideas federales. El jefe federal porteño era también el intérprete de los hacendados bonaerenses y tenía buenas relaciones con los pueblos originarios. La protección de la línea de fronteras, así como la administración de sus estancias lo mostraban como un hombre hábil y capaz. Desde 1829 hasta 1832 Rosas fue por primera vez, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, quien le otorgó las facultades extraordinarias y el título de Restaurador de las Leyes; es decir, que éste imponente líder tenía el poder absoluto sobre toda la región. Su gobierno se caracterizó por el orden administrativo, la severidad en el control de gastos, la exaltación del partido gobernante y la liquidación de la oposición. En Buenos Aires, el hombre fuerte porteño, consideraba que el federalismo era la fórmula que podía asegurarle al país la paz que se había perdido debido a los grandes enfrentamientos entre unitarios y federales. En enero de 1831, Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos, que conformaban la confederación, firmaron el Pacto Federal, que se trataba una alianza, un acuerdo político militar para terminar con los unitarios, a quienes terminan derrotando y capturando a su líder, el General José. María Paz. En 1832 Rosas fue reelecto como gobernador de Buenos Aires. Exigió que se le renovaran las facultades extraordinarias. La sala de representantes se opuso y Rosas renunció. Desde 1835 hasta 1852, Rosas fue nuevamente elegido gobernador de Buenos Aires y esta vez con la suma del poder público, es decir asumiría las funciones de crear sus propias leyes y el manejo de las relaciones exteriores, es decir, los acuerdos con otros países. Pero su mandato, a pesar de sus grandes alianzas con países extranjeros y después de muchos conflictos con sus caudillos rivales, comienza a deteriorarse y perder fuerza, siendo finalmente derrocado en 1852, en la Batalla de Caseros contra el gobernador de Entre Ríos, Justo José de Urquiza. Juan Manuel de Rosas debió pasar el resto de su vida exiliado en Gran Bretaña.
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